| En la conferencia de Davos que acaba de bajar su telón, participé en dos discusiones de magnitud relativamente grande y pronuncié un discurso. Una se desarrolló sobre el tema "¿Es necesario hacer un nuevo reparto del mundo?", y otra, "Las relaciones entre EEUU, UE y China". Los que pronunciaron discursos en estas dos discusiones, a parte del autor del presente artículo, figuraron Joseph Nye, famoso experto norteamericano en los problemas internacinales, Chipman, gerente general y CEO del Instituto de Investigación de Estrategía Internacional de Londres, así como otros conocidos empresarios y eruditos. Los temas de las dos discusiones contenían un mensaje latente: China está en proceso de emergencia, y como su emergencia cambiará la fisonomía del mundo, ¿participará en un "reparto del mundo"? ¿Hacia dónde se desarrollarán las relaciones entre China, EEUU y Europa? Manifesté mi gran descontento por el tema de "reparto del mundo". China nunca ha participado en el reparto del mundo, y no lo hará en el futuro. Dilucidé que tal como lo destacó el informe rendido en el Décimo Séptimo Congreso Nacional del Partido Comunista de China, nuestro país tomará invariablemente el camino de desarrollo pacífico, y persiste incansablemente en la estrategia de apertura para alcanzar el beneficio recíproco y la ganancia para todos.
El discurso mío despertó un amplio interés entre los participantes. Después de mi intervención, la democracia pasó a ser un tema relevante de la discusión. El responsable de Human Right Watch dijo sin andarse por las ramas que "China no es una democracia". Como censuró nominalmente a China, era natural que tuviera derecho para dilucidar nuestra postura. Puse énfasis en los siguientes puntos:
1. La democracia es fruto del progreso de la civilización humana. Cuando los chinos se levantaron en la revolución, la democracia estaba inscrita en nuestra bandera. Hoy en día China está construyendo un socialismo con peculiaridades propias del país, y nos proponemos convertir a China en un país próspero, fuerte, democrático, civilizado y harmonioso.
2. No existe en el mundo un modelo democrático adecuado para todas las latitudes. Incluso son diferentes los modelos de EEUU, Europa y Japón. Las realidades de los diversos países son muy diferentes, y el desarrollo de la democracia debe adecuarse a las situaciones de cada uno de los países.
3. La democracia es determinada en el proceso de desarrollo por la situación económica de los países y por el contexto histórico y cultural en que se hallan. Las fuerzas exteriores no pueden imponer sus criterios. La democracia que existe hoy en EEUU y Europa es resultado de su desarrollo durante centenares de años. EEUU proclamó su independencia en 1776. Cuando celebró en 1789 sus primeras elecciones presidenciales, sólo un 4% de la población particó en la votación, porque las mujeres, los negros y los no contribuyentes no tenían derecho al voto. Las mujeres norteamericanas no tuvieron derecho al voto sino hasta 1920. En cuanto al derecho de voto de los negros norteamericanos, era cosa de la década 60 del siglo pasado.
La Gran Revolución de 1789 de Francia lanzó la consigna de "igualdad, libertad y amor universal". Cabe preguntar ¿hasta cuándo las mujeres francesas empezaron a tener derecho al voto? Fue después de 156 años, hasta 1945. Con estos datos no tengo intención de poner en jaque a los norteamericanos y franceses, sólo hacer constatar los hechos.
Después del término de la Guerra Fría, hay quienes impulsan en Africa la "democratización", pero ¿qué resultado han conseguido? ¿Hay quienes salen a la escena para asumir la resposnabilidad por ello? Hoy en día, a ciertas personas en el mundo los países en vías de desarrollo como China les chocan en mal sentido. Piensan que debemos actuar en forma igual que los países occidentales, y si no es así, estamos equivocados. Pero China es China, y su situación es distinta de las suyas. ¿Cómo es posible que su democracia política sea igual a la suya?
Lo que llamó atención es que mi intervención sobre el problema de democracia ganó amplios aplausos en el auditorio. Yo era el único interlucutor que ganó aplausos en la discusión.
Después de la discusión, no sólo los participantes de los países en vías de desarrollo cubrieron de alabanza mi intervención sobre la democracía, incluso los participantes de los países desarrollados me manifestaron su aprobación. El reportero de International Herald Tribune publicó en la página de su rotativo parte de mi intervención.
Es significante el debate sobre la democracía desarrollado en Davos. A parecer, el mundo está realizando una reflexión sobre la democracia, lo que refleja desde un ángulo lateral los profundos cambios que se producen en el mundo. (Pueblo en línea) 04/02/2008 |
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